Tras el ataque descontrolado de ira, Gabriel se ha dado cuenta de que se ha convertido en un peligroso monstruo. El mayor de los de la Vega accede a la petición de su madre de ingresar en un centro psiquiátrico para controlar su ira y lograr el perdón de Mónica, pero lo hará con una única condición: «Que Carlos nunca se entere de que Mónica es su hija»