Tras haber metido mucho la pata mintiendo, Luisita se pone manos a la obra para dejar la casa decorada y lista para una cena romántica a solas con la que sorprender a Amelia y ganarse su perdón.
Manolita y Marcelino vuelven a trabajar en el hotel pero Ascensión pone sus condiciones, Marcelino será el jefe de cocina pero Manolita no volverá a ser gobernanta ya que el puesto lo seguirá ejerciendo Amelia.
Tras descubrir que Marcelino cree que está enamorada de él, Amelia está muy enfadada con Luisita quién solamente miente y no soluciona los problemas que se les están viniendo encima.
Movidos por Natalia en boca de Amelia, los Gómez siguen la estrategia de proponerle a Ordoñez vender el bar para que Gabriel les hiciera una gran contra oferta.