La muerte de Beltrán no les dio la paz que esperaban Manolita y Abel. En Amar es para siempre.
Se culpa al oscuro pasado de Beltrán por su temido final. Cuando surgen sus secretos más oscuros, Abel no tiene más remedio que matarlo por todo el sufrimiento que ha causado. Sin embargo, la muerte de Beltrán no trajo el silencio que esperaban, todavía le trae dolor de cabeza.
Abel no podía dejar de pensar en esa noche y continuó torturándose. Un pensamiento intrusivo entra en su cabeza de que no está descansado. Incluso cree que el propio Beltrán lo ha podido manipular para que termine con su vida.
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Fuente: antena3.com