Marcelino y Manolita apenas tienen unas horas para decidir si ceden a las exigencias de los secuestradores de Ana. Con Pelayo y Benigna, subrayan que aceptar les supondría quedarse prácticamente sin nada, pero negándose ponen en riesgo una vida. Mientras, en una casa, Ascensión mantiene retenida a Ana, con la ayuda cómplice de Domingo.