Camilo neutraliza las sospechas de Benigna, que nuevamente parece encantada junto a él. La suerte sonríe a Camilo hasta que la insulina prevista para Benito se pierde, lo que coloca a ambos hermanos en un inesperado aprieto.
Jaime, a cargo del negocio una vez que su padre y su hermana se han ido a Vitoria, es alertado por Maroto sobre un posible perjuicio a los obreros y da instrucciones precisas a Quintero, asumiendo el mando completo de la fábrica y sin que Rosalía, que vive con placidez la tranquilidad de su casa, sospeche los problemas que esta decisión puede acarrear.
Quintero acepta el caso del cuadro de doña Ana María y Alonso desconfía de las verdaderas intenciones de su madre.
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Fuente: antena3.com