Retrata a sus amigos, actúa, canta y, sobre todo, sabe que ‘Amar es para siempre’.
Su interés por la interpretación despertó cuando estudiaba Bellas Artes y se presentó a un casting para la obra ‘Historia de un caballo’, protagonizada por José María Rodero.
Después de varias películas, le llegó al fin la popularidad en 1991 con la serie de Fernando Colomo ‘Las chicas de hoy en día’, junto a Diana Peñalver. Su último papel televisivo fue Alicia Santibáñez en ‘La señora’.
Actualmente compagina la serie con la obra de teatro ‘La loba’, de Lillian Helmann, en el María Guerrero de Madrid.
¿Por qué elegiste el teatro?
Desde niña me gustaba hacer de payasa y que la gente se riera. Pero también me encanta pintar. Cuando estaba estudiando me llamaron para hacer una obra de cabaré en la Cúpula Venus de Barcelona y compatibilicé las dos cosas. He de confesar que había estudiado danza y canto. Soy muy versátil.
¿Antecedentes familiares?
No. Mi padre era constructor y mi madre, ama de casa, pero siempre nos han alimentado la autoestima, tanto a mi hermano, que es médico, como a mí. Has trabajado a las órdenes de mujeres.
¿Interesa potenciar los personajes femeninos?
Debería. Por desgracia hay menos papeles para las mujeres cuando se van haciendo mayores, porque vivimos en una sociedad que sobrevalora la juventud y la belleza. ¡Menos mal que en las nuevas generaciones hay más igualdad! Máxime ahora, con la crisis; muchos hombres están en paro y la mujer es quien mantiene a la familia.
¿Tu espíritu inquieto es el que te ha llevado, de nuevo, a la universidad?
Sí. Estoy feliz porque necesitaba alimentarlo y hacerme más sabia para comprender este mundo. Estudio Filosofía y Letras en la UNED y ¡he sacado dos sobresalientes!
¿Qué dice tu hija?
Me río con ella cuándo me pregunta: ¿Mamá, has repasado el examen y las faltas de ortografía? Y es que entre catalán, castellano, francés, inglés…
¿Eres madre sobreprotectora?
¡Me encanta mimar a mi hija! Pero me preocupa su formación y por eso la llevo a un colegio trilingüe.
Hace un año exponías por primera vez tus cuadros…
Llevo pintando desde los 16. Mis cuadros son muy emocionales porque pinto a la gente que quiero mucho: a mi hija, a su padre, Cristobal Suárez; a mi ex, Josep Linuesa, y a amigos como Josep María Flotats o a doña Amparo Rivelles que, por cierto, está muy malita. Cuando cumplí 50 años decidí sacarlos a la luz porque pensé que si me moría nadie sabría de la existencia de mi obra.
Con Josep coincides también en Amar… ¿Sois amigos?
Si has amado de verdad y hay calidad humana por ambas partes, se puede seguir queriendo toda la vida. Josep es mi familia. Y lo mismo digo de Cristóbal, aunque tengamos ahora otras parejas.
¿Qué tienen en común los hombres que has amado?
Mis amigas me dicen que los más importantes de mi vida se parecen físicamente. Supongo que es porque me gustan bondadosos, guapos, con sentido del humor e intelectuales.
En tu faceta musical, ¡incluso cantas Yo soy minero en cla-ve de jazz! ¿Es que te atreves con todo?
Sí. Y con el Porompompero, Americanos… Todas las canciones míticas que canto con la Big Bang son de películas. También he probado con la zarzuela.
Test Cafetero
Lo prefieres… Solo, con leche de soja.
¿Con qué lo asocias? Con una buena charla matinal con mi compañero, que también es actor.
¿A quién invitarías? A mi amigo el fotógrafo Chema Madoz, el otro día disfruté mucho con su documental, y al escritor Félix de Azúa.
Se lo negarías… A los que ponen pegas a Ada Colau, defensora de los desahuciados.
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