Cristina intuye que Rubén aún no se ha olvidado de Gema, su mujer, y decide detener los tímidos avances del médico a la espera de que este aclare sus sentimientos.
Marcelino y Pelayo determinan que la mejor manera de ayudar a Emilio es haciéndole partícipe de las terribles consecuencias que puede tener tomar drogas poniendo a Marisol como ejemplo.