Luisita y Amelia se han quedado encerradas toda una noche en la librería y han perdido su ansiado viaje de negocios a Barcelona. El enfado por la situación cambia drásticamente cuando piensan en pasar una noche a solas. Las mariposas del estómago revolotean más fuerte que nunca…
Luisita y Amelia estaban a punto de partir en tren a Barcelona para un viaje de negocios, una excusa que hacía soñar a las chicas con esta escapada que podría suponer un gran paso en su historia de amor. Pero un imprevisto desafortunado las dejó atrapadas en la librería toda una noche.
Creyendo que estarían en Barcelona nadie las echaría en falta con lo que Luisita y Amelia asumen que van a pasar la noche entre libros, a solas. Una situación tan desconcertante para ambas como ilusionante. ¿Qué pasaba por sus cabezas? el deseo en sus mirabas hablaba por sí solo…
No hay excusas, es el momento perfecto para dejarse llevar. Pero a Luisita le invade de nuevo el miedo a sufrir por amor aunque se hubiese prometido dejar el pasado atrás.
Amelia hace íntimo el momento
Amelia hace íntimo el momento
Amelia, divertida y cariñosa, calma la incómoda situación con coñac, galletas y la propuesta de entretenerse leyendo un libro entre las dos. Amelia hace íntimo el momento con velas. La tensión se desvanece tras varios chupitos del fuerte coñac, el calor de sus miradas y la historia de la novela, no una cualquiera, que las mantiene atrapadas.
Luisita y Amelia, atrapadas en ‘su propia novela’
Luisita y Amelia, atrapadas en ‘su propia novela’
Luisita acepta convertirse en narradora aunque reconoce que le da vergüenza leer ante ella. La hija de los Gómez escoge un libro al azar: ‘El último tren’. Amelia reconoce la novela y su trama: «dos mujeres que se enamoran en un viaje y están predestinadas a encontrarse». Enseguida Luisita y Amelia reparan en lo oportuna que es esa historia. En esos momentos, ellas también estarían viajando a Barcelona y confiaban en que en ese trayecto volverían a encontrarse.
Los sentimientos de Luisita y Amelia leyendo el libro son una montaña rusa
Los sentimientos de Luisita y Amelia leyendo el libro son una montaña rusa
Los sentimientos de Luisita y Amelia, leyendo el libro, son una montaña rusa. Se reconocen en cada palabra, a cada momento y se identifican con las protagonistas; Úrsula y Greta.
Así terminaba esta bonita historia de amor rota por el paso del tiempo: ya no eran las mismas, en sus ojos se adivinaba el miedo. Miedo a repetir errores del pasado, a sufrir como un animal malherido. A que el destino volviera a levantar un muro entre ellas. Entonces entendieron que las relaciones son como un largo viaje, que hay que dejarse llevar y disfrutar del trayecto y asumir que, por más que nos duela, hay trenes que no paran más de dos veces en la misma estación.
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Luisita teme que a ellas les haya pasado lo mismo que a Úrsula y Greta: «A lo mejor el tren que teníamos que coger ya no para en esa estación», Amelia confía: «siempre nos podemos subir en marcha»
¿Cuando pasará el próximo tren para Luisita y Amelia?
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Fuente: antena3.com