Manolita y Marcelino, de cara al mar, se concentran en el año más doloroso de sus vidas, cuando una visita inesperada les da las fuerzas para seguir adelante. En Amar es para siempre.
Manolita y Marcelino disfrutaron de unos días solos, como si fuera su segunda luna de miel, en las playas de Mallorca gracias al regalo de Benigna.
Frente al mar, Manolita y Marcelino recuerdan cómo ha sido el año más doloroso de sus vidas en el que perdieron a su hija y se vieron envueltos en una ajetreada y oscura guerra contra Beltrán. El final del coronel les permitió respirar con tranquilidad, pero aún no pudieron encontrar la calma que necesitaban para sobrevivir.
Marcelino le preguntó a su esposa si podían superar el dolor de perder a una hija. Sanabria cree que no pero aprenderán a vivir con él. Ahora, lejos de todo y de todos, recuerdan la vida que vivieron.
Hay silencio entre los dos cuando alguien sale del agua con un mensaje que cambiará sus vidas: «de tu hija». Después de esta ‘visita’, llegó la paz que necesitaban desesperadamente para continuar.
Manolita y Marcelino respiraron hondo, miraron al frente y, tomados de la mano, se dirigieron al mar para reencontrarse con Marisol y amarse como, una vez, en medio de tanto dolor, se olvidaron. Ahora, llega el 1980 con nuevas historias en sus vidas.
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Fuente: antena3.com