Abel vive un calvario desde que Emma perdió al bebe.
Abel entra en la habitación de su hija que sigue sin dirigirle la palabra.
Empieza a hablarle, aunque Emma le rehúye la mirada. Le dice que la quiere, que siempre va a estar a su lado. No puede ni imaginar todo lo que está sufriendo, pero él le insiste: “Nunca, nunca voy a dejarte sola, eres lo que más quiero en el mundo”.
Emma no reacciona a las palabras de su padre. Abel no tiene consuelo, no tenía elección, no podía perder a su hija
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Fuente: antena3.com