La decisión drástica y contundente de Germán destruyó por completo a Raúl. En Amar es para siempre.
Raúl se prepara con mucha ilusión para el nuevo proyecto que su padre ha puesto en sus manos, abrir una juguetería Garlo en la mítica calle de Preciados. Raúl le mostró a su padre los avances de la tienda. De esta forma, Raúl comparte ilusiones con Germán en la etapa más difícil de su vida, la última etapa.
Los esfuerzos de Raúl fueron en vano porque Germán le dijo lo último, y sobre todo, que era lo que hacer quería para dejar a Garlo bien posicionado: Fran sería el presidente.
Después de una demostración reciente de que Germán, el dueño de Garlo, confiaba más en su sobrino que en su propio hijo, Raúl se refugió en su oficina y desahogó su ira y dolor con el alcohol.
Coral intenta persuadir a Raúl para que no se castigue a sí mismo y aproveche el tiempo que le queda a su padre, para estar con él.
Incluso en los últimos días de Germán, Raúl se sintió completamente inútil para su propio padre. Coral abraza a su novio y demuestra que para él, él lo es todo.
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Fuente: antena3.com