Germán tenía claro que no quería seguir contando con Peñuelas en su juguetería. En Amar es para siempre.
Germán tuvo muy claro que desde lo sucedido con Peñuelas no quiere seguir con él en la empresa, y aprovechó la visita con su hijo al barrio de Chamberí para encomendarle la tarea de despedirle.
Raúl, no está de acuerdo con su padre, aunque puede que se haya equivocado, considera a Peñuelas un muy buen trabajador y el punto de estabilidad necesario que necesita la fábrica.
Sin embargo, para Germán la codicia y la tiranía son valores que no representan a la juguetería Garlo y por ello quiere quitarselo de emcima.
Raúl, muy a su pesar, no tuvo más remedio que seguir la recomendación de su padre
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Fuente: antena3.com