Su personaje es el que más llama la atención gracias a la genialidad del catalán interpretando a Vicente.
La frustración del personaje, sumado a la idea de caracterizarlo con un peluquín, ha dado resultado, y muchos espectadores se han enganchado a su trama, que no ha hecho más que empezar.
¿Cómo llegó Vicente a tu vida?
Ya tengo una cierta edad y unos cuantos tiros dados en esta profesión y por eso se fijaron en mí. Me llamaron, hice una prueba, como bastantes compañeros, y sonó la flauta.
A lo largo de tu carrera has hecho más comedia, y este personaje no es precisamente muy gracioso…
Sí, pero siendo un tipo gris, algo dramático y desesperado tiene un trasfondo de humor absurdo en su comportamiento. Por eso, un actor que estuviera acostumbrado a hacer reír podía captarlo mejor. Vicente es un quiero y no puedo con patas y con un punto ruin que todos en el fondo tenemos.
¿Qué explicación se puede dar al mezquino comportamiento de Vicente?
Tiene en su mente dos engranajes que funcionan de forma contraria: él se ve como un triunfador y la sociedad lo percibe como un fracasado.
¿A quién se lo ocurrió poner un peluquín a tu personaje?
Creo recordar que fue a mí, y al equipo de caracterización le pareció perfecto para darle un toque de debilidad al personaje. Por otra parte, los bisoñés eran algo propio de los sesenta y no llamaban tanto la atención.
Se sincero, ¿qué pensaste la primera vez que te miraste en el espejo?
Hombre, pues me pegué un buen ‘panzón’ de reír, porque la estampa es bastante curiosa (risas). Ya empiezan a llegarme comentarios del tipo: “Oye, ¿te gustan los gatos acostados?” (risas). Pero no me molestan, de hecho me hacen gracia.
¿Siempre has querido ser actor?
¡Qué va! Yo de pequeño quería ser futbolista del Barça y todavía sueño con ello. A mis 47 años sigo pensando que tengo posibilidades, aunque cada día son menores (risas). No tenía vocación de actor, ni era el típico niño que animaba las fiestas familiares leyendo poemas. Era muy tímido y reservado.
¿Cuándo cambiaste el rumbo?
En el bachillerato me integré en el grupo de teatro y me picó el gusanillo. Luego me cogieron en el Institut del Teatre de Cataluña y aquí estoy, feliz y encantado con mi profesión.
Pues no te ha ido nada mal…
Llevo 25 años de carrera y he podido vivir siempre de mi trabajo. He hecho mucho teatro en Cataluña, mi tierra, y televisión: ‘Él y Ella’, ‘El cor de la ciutat’, ‘A tortas con la vida…’
Ahora te vemos en dos ficciones a la vez ‘Amar es para siempre’ y ‘Cuéntame cómo pasó‘
Coinciden en emisión, pero no en grabación. Terminé de rodar ‘Cuéntame…’ hace bastante tiempo, y mi personaje, Tomás, está dando los últimos coletazos en pantalla. Mi ética profesional no me permitiría hacer simultáneamente dos producciones que se emiten en distintas cadenas.
‘El Cavernicola‘
Lleva varias temporada triunfando con el monólogo ‘El cavernícola’, que representa en Cataluña. Además, ha dedicado gran parte de su vida al teatro, como actor y como escritor.
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