Fran, ajeno a todo, cree en los consejos de Raúl. En Amar es para siempre.
Raúl llega a casa y se encuentra una visita inesperada, Emilio está allí con cara de pocos amigos. El fiel empleado quiere aclarar algunas cosas con él.
Emilio lleva en sus manos todos los diseños que ha realizado Fran. Son muy buenos y serían exitos de ventas, pero su primo le ha hecho creer que no valen para nada.
«Quiero hundir su autoestima para ser yo quien salve a la empresa», le dice Raúl. Pero Emilio no está de acuerdo con él: «Esto es cruel raúl, va a costarle su salud».
Raúl le da igual la salud de su primo, «Ese era el plan y tú tienes que estar callado, Emilio». El empleado le dice que sabe que Raúl no es así, pero El joven está dispuesto a todo por recuperar la dirección de Garlo. Será el propio Fran el que se la entregue derrotado por los continuos fracasos en su gestión.
Emilio, muy intranquilo, le contesta: «Raúl, eres tú el que pones en peligro la empresa rechazando su trabajo. Estás a punto de hundir la empresa que levantó tu padre», Emilio, por primera vez levanta la voz delante de Raúl.
Raúl lo corta en seco: «Se que voy a hundir a Garlo, pero luego estrá ahí para levantarlo. Soy capaz de hacer cuaalquier cosa por recuperar el control de la empresa».
«¿Quieres estar a mi lado o tenerme como enemigo, Emilio?». El joven se queda sin palabras, nunca ha visto a Raúl tan violento como ahora.
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Fuente: antena3.com