Tras la petición de sus padres, Luisita se acerca a su hermano Manolín para hacerle ver que no puede seguir siendo un vago y debe convertirse en un joven de provecho y responsable.
Un nuevo inversor hará que Amelia estrene su obra "por todo lo alto", el director confía mucho en ella y Amelia se lo cuenta emocionada a Luisita que tiene sentimientos contradictorios: "Por un lado me alegro y por otro me muero de la pena".