Raúl cambió el rumbo de Garlo después de recibir una buena lección de sus trabajadores. En Amar es para siempre.
Raúl sugirió a sus empleados un recorte salarial para arreglar las cuentas de Garlo. Los trabajadores hablaron con el hijo de Germán, solo estarían de acuerdo en reducir su salario con la condición de que también redujeran sus horas de trabajo.
Raúl aceptó la arriesgada propuesta porque necesitaba dinero para cumplir el sueño de su padre, abrir una tienda en la calle Preciados.
Los empleados generalmente se van al final de su nuevo horario, pero al ver que su jefe está demasiado cansado y desesperado, deciden ayudarlo con la descarga de un pedido. Raúl quedó impresionado por la respuesta de sus empleados, y se dio cuenta de que los necesitaba para que Garlo pudiera continuar con éxito.
El hijo de Germán mostró su lado más humano y amable reconociendo sus esfuerzos e informándoles que todo volvería a la normalidad: .
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Fuente: antena3.com