A Jacobo, Luis, el jefe de mantenimiento, le resultaba muy misterioso hasta el punto de tener celos de él creyendo que estaba obsesionado con su mujer.
Ayudada por Benigna, Manolita entra a trabajar en el despacho de abogados como ‘señora para todo’ para poner en orden en el caos que reina en el bufete.