La familia de la Vega tiene un gran plan: hacerse con el hotel de Benigna y poco a poco, adueñarse de la Plaza de los Frutos entera donde querrán convertir El Asturiano en un parking.
Tras muchos nervios y una tediosa espera a que llegase el 'invitado especial', María camina hacia el altar del brazo de su padre y la cara de Ignacio refleja puro amor y emoción al ver tan radiante a la mujer de su vida.