Carlos, desesperado, utilizará a la última persona que hubiese podido imaginar para desenmascarar a su madre: Armando Ordóñez, el mayor enemigo empresarial de su familia.
Luisita se siente culpable por cómo se ha comportado estos días con Amelia y teme que por su culpa, Amelia pierda su oportunidad de trabajo y sobre todo, le aterra la idea de no volver a recuperar su relación con ella.