Carlos trata de consolar a su madre que se siente hundida, no deja de sentirse culpable por cómo ha perdido a su hijo, por haberle traicionado y no haberle protegido para evitar que muriese de un infarto.
Mientras Luisita trata de convencer a Ana para que se infiltre en el hospital como enfermera, el padre de Amelia sigue sometiendo a su hija a fuertes e inhumanos tratamientos para curar su homosexualidad.