Fran, que es muy inteligente, contenta a Uriarte y consigue firmar por Garlo. En Amar es para siempre.
Adolfo Uriarte y Germán García son rivales, ambos a cargo de las dos principales empresas de juguetes del país. Uriarte parece ser un empresario ambicioso y “desalmado”, como lo llama Germán.
Ambos se vuelven a enfrentar porque Uriarte le propuso a Germán fusionar sus negocios, algo que el dueño de Garlo negó rotundamente.
Sin embargo, la disputa sobre la presencia de Fran en el personal de ambas empresas se resolvió. Fran accede a regresar a Garlo, pero Uriarte no quiere perder al empleado más importante de toda su empresa.
Fran descubrió que no podía volver al negocio familiar porque, en su contrato, había cláusulas permanentes que ignoraba. La noticia alegró a Raúl, quien le dio a su primo la llave para continuar la investigación de su contrato.
Fran indagó en su contrato para leerlo con atención y, junto con todas las cláusulas que no había leído en su día, había una más que le permitía tomar el mando: la confidencialidad.
Fran inició un plan que frustró a ambos empresariosy donde él parecía ser el ganador. Uriarte juró que iría a por él si incumplía su promesa.
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Fuente: antena3.com